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Deporte y Sol

¡Siempre hay que practicar deporte! Y en verano, cuando solemos tener más tiempo libre, por supuesto, también. Pero hay que tener en cuenta dos cosas muy importantes: hace más calor que el resto del año, y, el sol aprieta mucho más. El riesgo de sufrir un golpe de calor es mucho más alto.

Así que debemos evitar realizar ejercicio intenso entre las 10 y las 16 horas, que es cuando más aprieta el calor. La combinación de deporte y elevadas temperaturas no suele ser buena.

¡Ah! Y siempre llevar provisiones de bebida suficientes para evitar la deshidratación. En realidad, debes beber antes, durante y después del ejercicio físico. Si es intenso o de larga duración, mejor con bebidas especiales para el deporte, ya que aparte de agua en sí, aportan las sales minerales que pierdes durante la práctica deportiva.

Normas para una correcta protección del sol

  1. Por un lado, con cremas fotoprotectoras. Asegúrate de que tienen un factor de protección solar elevado, siendo lo ideal 50. Y, además, de que lo aplicas correctamente. Es decir, media hora antes de exponerte al sol, y reaplicarlo cada 2 horas; o con más frecuencia si sudas mucho o te mojas. Tampoco puedes olvidar ninguna de las zonas expuestas: cara, cuello, nuca, escote, orejas, brazos, piernas y manos.
  2. Cuida específicamente tus ojos. Usa unas gafas de sol homologadas (con el símbolo CE). Debes evitar los efectos dañinos de la radiación solar, ya que provoca alteraciones en forma de cataratas o degeneración macular. Igual que con la piel, provoca un envejecimiento prematuro celular.

Como protector solar, para el deporte nos encanta el Isdin Fusion Gel Sport. La textura no grasa se absorbe al momento y luego, cuando sudas, no te pican los ojos.

También puedes ver nuestra colección de gafas de sol, con cristales homologados, para cuidar al máximo tus ojos.

Bebés y Sol

Como regla general, debe evitarse exponer a los bebés al sol. Sobretodo antes de los seis meses de edad, ni usar cremas de protección solar. A partir de esta edad pueden usarse fotoprotectores con filtros físicos. El factor de protección solar debe ser, mínimo de 30, siendo lo recomendable 50+.

Debes tener en cuenta que la piel de los bebés es muy fina. Por tanto, es más sensible, tanto a la radiación solar en sí, como a los químicos presentes en las cremas solares. Este es el motivo por el cual debes evitar usar protectores solares en bebés. En caso de tener que usarlos, deben tener filtros físicos en vez de químicos, y en texturas tipo leche o crema, que hidratan más que espumas o geles.

Así que evitad el sol directo a los bebés: la piel tiene memoria. Debes evitar que quemaduras solares en edades tempranas puedan ser diagnosticadas muchos años después como melanomas cutáneos. Buscad siempre las sombras y vestid adecuadamente a los bebés: es la mejor protección solar que les podéis ofrecer.

Como resumen, os proponemos estos consejos sobre protección solar para bebés:

  1. Evitad la exposición directa de los bebés al sol los primeros seis meses de vida.
  2. La ropa, gorra, gafas de sol y una sombrilla es la mejor protección solar que puedes ofrecer a tu bebé.
  3. Utilizad protectores solares en forma de crema o leche, con filtros físicos e idealmente con FPS50+, a partir de los seis meses de edad.
  4. Aplicar el protector en las zonas expuestas no tapadas por la ropa. Siempre media hora antes de la exposición solar. Y recordad de reaplicar el protector cada dos horas.

Para los más pequeños nos gusta recomendar Photoderm Mineral, que te ofrece la máxima fotoprotección mineral a las pieles alérgicas o sensibles a filtros químicos, y con una máxima protección solar FPS50+.

Herpes labial

Por herpes labial entendemos las típicas ampollas o pupas que aparecen en los labios o alrededor de la boca. Al mismo tiempo suele haber una zona enrojecida. Normalmente se presenta también una sensación de hormigueo o de quemazón en la zona. Con el tiempo, las vesículas se rompen y supuran un líquido transparente. Al final del proceso se forma una costra y cicatriza en aproximadamente una semana.

El herpes labial está causado por el Virus del Herpes Simple, del cual somos portadores la mayor parte de los adultos, aunque no presentemos síntomas. El virus se propaga por contacto directo de las lesiones o por saliva de personas infectadas. A causa de toda una serie de factores desencadenantes se produce el brote de herpes labial: bajada del sistema inmunitario, exposición solar, frío, menstruación, cambios hormonales, fiebre, resfriados o gripe, fatiga, heridas.

¿Cómo afrontar un herpes si ya lo tienes activo?

Lo primero que hay que tener en cuenta son medidas generales, que se resumen en:

  • No toques la zona afectada, y si lo haces, lávate inmediatamente las manos.
  • No compartas cubiertos, barras labiales, cepillos de dientes o toallas, y evita contacto físico con tu pareja.
  • Sé higiénico.

Trata entonces tu herpes:

  1. Con antivirales como Zovicrem, a base de aciclovir, que inhibe la progresión del virus y favorece su curación.
  2. Con productos que reduzcan y limiten la progresión del virus, como Compeed Calenturas, Herpatch o Sorefix. Tienen la ventaja que además disimulan las  pupas.

No olvidéis que el sol puede desencadenar o agravar un brote de herpes labial. Por lo tanto, es muy importante tener los labios convenientemente hidratados y protegidos del sol, para lo cual hay barras labiales con filtros solares. Destacamos Photerpès SPF50+, desarrollado específicamente para garantizar una intensa hidratación y prevenir las calenturas inducidas o agravadas por el sol.