Golpe de calor

Cuando hace mucho calor, nuestro cuerpo debe adaptarse a él y esforzarse en mantener la temperatura corporal normal. Por ejemplo, notamos que sudamos más.

Este sobreesfuerzo aún es mayor al inicio de una ola de calor, cuando nuestro cuerpo aún no está bien acostumbrado, o si la ola dura varios días, y además de noche no refresca, o con mucha humedad y sin viento.

Las temperaturas elevadas hacen que perdamos líquido y sales minerales.

Esta situación puede agravar una enfermedad crónica, provocar deshidratación y agotamiento. Y si la exposición a elevadas temperaturas se prolonga se puede padecer un golpe de calor, que puede ser grave.

¿Cómo notaremos que podemos padecer un golpe de calor?

Podemos notar calambres, sobre todo si se suda mucho durante una actividad física intensa.
Después de varios días de calor puede haber agotamiento por calor, con debilidad, fatiga, mareos náuseas, desmayo.

En el caso más grave, el cuerpo ya no es capaz de controlar la temperatura, que puede subir a más de 40ºC. La piel estará caliente, seca y roja, el pulso se dispara, se presenta cefalea, confusión y puede perderse la conciencia.

¿Quién es más susceptible de padecer un golpe de calor?

Sin cuidarnos, todos podemos padecer un golpe de calor. Pero hay grupos especialmente vulnerables:

  • Personas mayores, sobre todo si viven solas o son dependientes.
  • Personas enfermas o medicadas.
  • Niños menores de 4 años.
  • Personas obesas.
  • Aquellos que realicen actividades físicas intensas.
  • Quien tenga que estar o realizar actividad física al aire libre (incluidas las laborales).

¿Qué debemos hacer en caso de ola de calor?

  1. En casa, controla la temperatura. Cierra las persianas donde dé el sol directamente, intenta estar en las habitaciones más frescas, intenta crear corriente de aire, utiliza cualquier tipo de climatización a tu alcance (aire acondicionado, ventilador, abanico) y refréscate con duchas o toallas húmedas.
  2. En la calle, evita el sol directo. Utiliza ropa ligera (como algodón) y clara y usa sombrero o gorra. Anda por la sombra y busca espacios climatizados cuando puedas.
  3. Limita las actividades físicas en las horas de más calor.
  4. Hidrátate suficientemente. Bebe agua y zumos de fruta, incluso cuando no tienes sed, evitando las bebidas alcohólicas.
  5. Cuida la alimentación. Haz comidas ligeras y que te ayuden a reponer las sales que se pierden con el sudor, como ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos.

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